Una vivienda de consumo casi nulo es una construcción cuyo índice de eficiencia energética es tan alto que apenas requiere de un aporte externo energético para su funcionamiento.

Este tipo de edificación, no demanda prácticamente energía para permanecer caliente en invierno o fresca en verano, además apenas hace consumo eléctrico externo, el que gasta lo genera ella misma. Se logra pues bajar el consumo energético y los niveles de emisiones de CO2.

Al tratarse de casas que casi no consumen energía, cuentan con el estándar más alto de la eficiencia energética y, además, la poca energía que necesitan para su funcionamiento proviene de fuentes renovables ubicadas en la propia edificación o en su entorno inmediato.

Las casas de consumo casi nulo son edificaciones que no se diferencian de las viviendas convencionales a simple vista. Aunque tengan detrás grandes avances tecnológicos para el ahorro energético, materiales de gran calidad y técnicas constructivas ejecutadas con mimo para tener los resultados deseados.

Otro aspecto muy importante cuando construimos con estos estándares, es el coste de la obra, y es que hay que tener en cuenta un incremento en el coste de la construcción de una vivienda de consumo casi nulo respecto a una casa de código técnico, que cumpla lo mínimo que la ley exige a día de hoy. Este incremento, va a depender del tipo de la vivienda, pero ese aumento ronda el 4-8 % y, por supuesto, será recuperado y con creces en el ahorro de la factura energética a corto-medio plazo. No hay que olvidar que la rentabilidad se consigue desde el minuto 1, por una parte, en cuanto a las condiciones más saludables en el interior de la vivienda y, por otra, desde un punto de vista medioambiental

Con el nivel técnico disponible, el cambio climático en ciernes y el aumento de precios de la energía, ¿tiene sentido seguir construyendo edificios ineficientes?

¿Qué debo tener en cuenta si quiero construir una?

  • Lo primero a tener en cuenta seria contar con el profesional adecuado y con experiencia en este campo.
  • Sistema constructivo: si va a ser con estructura de madera, de acero, de hormigón, ladrillo… Hay que tener en cuenta que unos sistemas facilitan más que otros el conseguir un edificio de estas características.
  • Orientación en la parcela: por ejemplo, si cogemos de referencia la Sierra de Madrid, que sería una zona muy fría en invierno y muy calurosa en verano, nos va a interesar poner la fachada principal hacia el sur, abrir pocas ventanas al norte y también al oeste, estas últimas para evitar que en verano haya sobrecalentamiento, en definitiva, lo que se conoce como diseñar la vivienda bajo la ‘arquitectura Bioclimática’.
  • Utilizar grandes cantidades de aislamiento, adaptados a la zona climática donde se va a construir.
  • Instalar ventanas de muy altas prestaciones, que pueden ser de triple vidrio si fuera necesario, a realizar una correcta estanqueidad al aire en toda la vivienda, es decir, no permitir que el aire del exterior entre en la vivienda por sitios no deseados, e impedir que el calor o frescor que tengamos en el interior se nos pueda ir.
  • Uso de diferentes energías renovables, como por ejemplo la aerotermia, sistemas de ventilación con recuperador de calor o instalación fotovoltaica de autoconsumo.
  • Invertir en la envolvente [fachada y cubierta] térmica del edificio y luego, como apoyo, utilizar la fotovoltaica de autoconsumo para reducir ya al máximo nuestra factura energética. Haciéndolo de esta forma, nuestra vivienda no solo no demandará energía, sino que además tendremos el máximo confort con el mínimo consumo y por tanto también contaminaremos menos.